Hoy hicimos el amor, luego me miraste como si fuera la ultima vez. Eso me partió el corazón, aun cuando no se podía partir más
llegue al momento de mi vida, donde sufro de depresión constante… ya nada me da risa, ya nada me importa… siento que vivo sin sentido… me siento en la nada pero aquí nadie más me lastima…
Quisiera poder olvidar todo el daño que me haz causado, que te perdono siempre, pero siempre soy una persona tan estúpida ¡Siempre repites lo malo que haces! ¿Por qué? ¿Te parezco insuficiente? ¿Acaso eso es?
24 de Fevereiro…
Tenho tentado ser uma pessoa sociavelmente estável!
Espero que a vida não foda comigo e me traga pessoas que me fariam ter uma condição pior da que tinha quando me isolava.
Fuck then!
Hay días que quiero olvidar. Hacerlos chiquitos y guardarlos en el bolsillo para así olvidarlos, uno, dos, tal vez tres días, pero sé que no puedo sólo vivir de días buenos, así que lo estoy intentando; intentado abrazar mi vida y comenzar a florecer de los que una vez fueron mis pétalos marchitos, así que espera, que un día tal vez no sea el roble más fuerte pero seré la pequeña flor que acaba de nacer en el jardín, que no sabes de dónde salió pero es obstinada hasta que la dejas crecer y comienzas a brindarle agua.
No puedes hacer todo por esa persona para que sea felíz, porque al final sos vos quien ya no es felíz.
Supe que la oscuridad me estaba esperando al cruzar la puerta. Porque no había nada más que silencio afuera, ni siquiera un leve canto de algún pájaro, ni siquiera un rayo de sol.
“Es hora” Pensé, me levanté suavemente del piso. Me sentía cansada, agotada, fué difícil mantenerme de pie, pero tenía que hacerlo.
Al caminar hacia la puerta, pude sentir que alguien me jalaba de la camisa.
Asustada di vuelta rápidamente, y ahí estaba yo, mi yo del pasado.
“No tienes que hacerlo, no lo hagas” Me dijo mirándome con los ojos tristes y llenos de lágrimas.
“Suéltame, tienes que dejarme ir” Le dije muy fríamente para que se alejara. Me miró asustada y me soltó la camisa que me sujetaba.
“¿Porqué lo haces?” Preguntó con la voz quebrada.
Di un profundo suspiro y le dije “Nos hemos mantenido en esta habitación durante años, casi has muerto aquí, tu alma se ha cansado tanto que ya tienes que dejarla partir”.
“¿Y crees que refugiarte en la oscuridad una vez más nos ayudará? ” Preguntó casi sin voz y rasposa.
“Es necesario enfrentarlo, no podemos ocultar tanto tiempo nuestra oscuridad sin saber lo que habita en ella” Le dije y voltee para continuar mi partida.
“Si algo sale mal, no dudes en regresar” Me dijo, como si esa habitación, fuera el lugar al que yo pensaría regresar.
“No volveré, no aquí” Le dije y caminé hasta el borde que separaba el vacío y oscuro misterio de afuera, de la Luz y cálida habitación que en soledad se encontraba.
La miré por última vez, era yo, yo estaba ahí, pidiéndome que no lo haga. Traía ojos profundos, vacíos y tristes. No podía seguir así, no ahora.
“No me olvides” Dijo antes de que cruzara la puerta.
“No lo haré” Le dije y crucé la puerta sin detenerme.
Y gran sorpresa mía… Ahí afuera no existía nada, nada más que un vacío Infinito y oscuro, en el cuál tropece y caí, y aún continuo en plena caída.
Serendipia-11;11
El viento sopla entre las ramas de los árboles y llega a tu rostro. Te hace bailar el pelo mojado por la reciente ducha, tratando de borrar los rastros de tristeza de la noche, pero siguen estando ahí. El viento te sopla en la cara porque sabe que necesitas más aire que nunca, porque sabe que no hay suficiente en tus pulmones. Se te llenan los ojos de lágrimas, y tal vez las aguantes, o seas lo suficientemente valiente para dejarlas caer en el pavimento, y que luego la suela de tu zapatilla la pise, o que se deslice entre alguna prenda de tu ropa, o se esconda dentro de la remera, desvaneciéndose en la piel de tu pecho. Capaz seas lo suficientemente valiente, o guardes aquellas gotas en tu pecho doloroso, esperando ellas a salir sin tu consentimiento en algún momento, dónde ya no aguanten estar dentro. Capaz no reproduzcas ninguna canción en tu celular y te des cuenta que el ruido de la monotonía no grita como siempre. Y tal vez vayas en busca de otra cama porque la tuya está muy fría, hace demasiado tiempo, y ya no pueda salvarte. Tal vez, por fin, vayas en busca de compañía porque tampoco pueden salvarte las palabras. Ni las tuyas, ni las de las páginas de los libros que más te gustan. Tal vez en realidad no sabes que queres hacer, pero sabes que vas a tratar de buscarlo desesperadamente; un cambio. Algún cambio.
Estoy luchando por ser fuerte mientras te marchas a llenar la cama de alguien más.