Nada tan bello como querer ver a alguien mas feliz, gracias a ti y a tus ocurrencias, hacer que entienda que hay que vivir cada momento con alegría sin importar lo que suceda y reírse ahí, en ese instante. Y un día te sientes rendido porque no sabes que haces mal para recibir todo lo contrario, y comienzas a cargar con una mochila de “pensaré bien todo lo que hago y digo para no tener problemas con eso” y eso haces, pensar todo, para no decir nada incorrecto, pero de nuevo, hiciste algo mal, y no sabes que fue. Quizá en el fondo las cosas no están tan bien y esa es la única razón por la que las palabras duras no te afectan como si todo estuviera bien, pero, sí lo notas, y no es un bonito sentimiento, empiezas a pensar qué hiciste mal, rebuscando, y no sabes que fue lo que hiciste, pero ahí estás, culpandote por algo que no tienes idea, pero ya nada importa cuando aparentemente no tienes sentimientos.