
No hay mejor sensación en el mundo que aquella en
donde te sientes tan seguro (a) de algo, como si tu interior ya supiera lo que
va a suceder en tu vida, confías con todo tu corazón en eso. Una paz que te
hace sentir conectado (a) con el universo, en donde sin importar el como o
cuando se va a dar esa situación, tu ya conoces la respuesta muy dentro de ti
ya lo sabias, puede que se presenten mil obstáculos antes de que ese evento
ocurra, pero aun así eso no desvanece tu sensación, un presentimiento como
muchos lo llaman.
Pero es
difícil cuando eres ansioso darte cuenta de que es un presentimiento, porque
desde que ese monstruo habita en ti, sientes desde el miedo, es la emoción que
habla las 24 horas del día, sueles sentirte indeciso (a) e incluso te cuesta
tomar decisiones. Deseas con tu corazón poder encontrar una forma de callar
todas esas voces que te alejan de lo que deseas, que te hacen dudar. Te
encuentras tan acostumbrado (a) a sentir desde el miedo que cuando sientes esta
paz crees que tus emociones no están en sintonía con tu mente, piensas que todo
en la vida es real si sientes miedo y esos molestosos síntomas que van con la
ansiedad.
Solo en 3 ocasiones de mi vida pude sentir esta
sensación de paz. La primera cuando mi papá tuvo un accidente muy grave, en
donde no sé por qué, pero estando en la clínica allí en la sala de espera,
sentía una paz enorme en todo el centro de mi pecho no se por qué lloraba si en
mi pecho sentía esta especie de tranquilidad como si todo estuviese perfecto en
mi vida, llegué a sentirme culpable porque mi papá se encontraba en esta
terrible situación y yo solo sentía paz. Con el tiempo entendí que era la forma
en como sabía que todo estaría bien por muy mal que se viera el panorama.
La segunda cuando comencé a enamorarme de D, el y yo
no estábamos juntos, no sabía si el estaba con alguien o no pero aún así yo
sentía esa especie de tranquilidad en el centro de mi pecho. No me importaba de
todas formas si el tenía pareja porque yo dentro de mí sabía que el y yo
estaríamos juntos, a pesar de que mi ansiedad en ese entonces se agravo por una
serie de acontecimientos. Las voces en mi cabeza me hacían dudar, me decían
cosas que yo misma había implantado desde niña, pero igual estaba esa paz en mi
pecho y por mucho tiempo llevé esa disyuntiva que a veces me tenía muy
confundida.
Cuando me enteré que el se iba del país fue una
semana muy difícil porque obvio no quería perderlo, pero con el tiempo me
recuperé rápidamente porque sentía esa misma paz en mi pecho, sin importar que
no iba a saber absolutamente nada de el por un tiempo que desconocía. Después de irse también siguió esa paz en mi
pecho, a veces dudaba gracias a los comentarios que escuchaba, pero después esa
paz volvía a mí. Recuerdo muchas veces pensar que lo había olvidado porque
sentía esa paz, porque me centraba tanto en mis cosas que no pensaba en el
también porque ya no sentía ansiedad solo esa paz conmigo.
Anteriormente cuando lo veía o pensaba en el me
llenaba de mucha ansiedad porque me preguntaba si ¿el sentiría lo mismo que yo?
Otras si, sentía aquella paz, pero en la mayoría de situaciones de mi vida
cotidiana la ansiedad estaba presente.
La tercera fue cuando iba a defender mi tesis,
muchos obstáculos se cruzaron en el camino. Una noche me senté a llorar porque
me habían dicho que era mejor repetir mi último trimestre que volver hacer una
tesis nueva, todos me repetían lo mismo que no saldría adelante. Logré que me
dieran una oportunidad en muy poco tiempo para volver a presentarla nueva y así
defenderla, yo sentía mucha paz dentro de tanto estrés no sabía por qué, pero
allí estaba mi paz de nuevo. Y tal cual como me lo hacía sentir mi paz, los
obstáculos solo fueron pruebas para hacerme saber cuanto creía en mí, fueron
demasiados hasta el último momento en que la presenté. No les miento a veces
pensaba y decía: “No lo voy a lograr es imposible con tan poco tiempo” pero a
pesar de esa voz en mi mente, la paz estaba ahí conmigo y jamás se equivocó,
fue como un milagro.
Muchas veces pensé que olvidaba a D o que dejaba de
creer en algo porque desde los 11 años estaba acostumbrada a vivir y sentir las
cosas desde la ansiedad o sea el miedo, si yo no sentía ese miedo junto a esa
serie de síntomas que forman parte de esta patología no lo consideraba algo
relevante en mi vida. Por muchos años me engañé, pensando en que, si no
experimentaba todo eso, simple no era importante o no me convenía.
Solo porque algo no te obsesioné al punto de pensar
en ello las 24 horas o porque te haga sentir tranquilo (a), no quiere decir que
es porque te dejo de importar. Confía en esa paz que te dan algunas personas o
circunstancias porque eso quiere decir que es bueno para ti. La paz es la forma
de la vida decirte: “Tranquilo, ya es tuyo”. La seguridad te ratifica que eso
ya es tuyo, que no debes obsesionarte porque esa situación se está gestando y
que tarde o temprano estará en tu vida.
A veces simplemente debemos dejarnos llevar por esa
sensación y ya luego veremos. Siempre decídete por aquello que te genera paz
porque es la señal de que algo bueno se aproxima en tu vida.